Hoy no toca hablar de actividad
pero, a veces, la montaña nos conducen
a otros campos y nos ayuda a aprender,a evolucionar, a reflexionar sobre aspectos muy importantes en nuestras vidas.
Sin considerarme ni un filósofo, ni un gran pensador, voy a atreverme con un tema del que no tratamos mucho.
Sin considerarme ni un filósofo, ni un gran pensador, voy a atreverme con un tema del que no tratamos mucho.
La semana pasada ojeando la revista
digital de Desnivel, me fijé en un apartado en el que aparecía “LO+LEIDO”,
estos son los enlaces:
En el mismo apartado aparecía
también “LO+COMENTADO”:
Me llamó la atención que en la
sección de lo más leído, siete de los diez artículos trataban sobre accidentes,
tragedias y homenajes a personas que murieron. Sin embargo, solo diez de los más
comentados trataban temas como los que acabo de mencionar.
En mi mente, acostumbrada a las reglas
de tres directas, no se correspondía el interés sobre que leer con la inquietud
por comentar lo que se lee.
Seguí escudriñando la revista y
entré en dos blogs.
Primero en el de Pati Blasco:
En este artículo Pati reflexiona
sobre la vida y la muerte, recordando al escalador Mikel Ziarrusta. Al final
aparecen tres comentarios.
Después en el de Simón Elías:
Trata, en líneas generales, sobre
la diversidad de culturas y los sentimientos de independencia de algunas
regiones, refiriéndose a Cataluña. 65 comentarios siguen a esta entrada de
blog. Sin entrar en contenidos, solo en números: 62 comentarios más.
Cada uno es libre de comentar lo
que le parezca y no voy a quitarle importancia a este tema, responde a un
sentimiento que afecta a muchas personas pero morirnos nos tocará a todos y el “no
coment” no creo que se oculte en un “todos estamos de acuerdo” sino más bien tras
un ¡no me lo recuerdes!
Como mucho nos lanzaremos a
comentar lo efímero de nuestras vidas,el dolor y los recuerdos que nos quedan
de la persona que se fue.
Alguien dijo que el dolor es
inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Bajo mi punto de vista, al
hundirnos en el sufrimiento ante la muerte, perdemos la oportunidad de
reflexionar sobre algo que, irremediablemente, nos tocará vivir. Como sociedad
compartimos ritos, lutos, duelos … Pero somos incapaces de aprender de lo que,
una y otra vez, se repite a nuestro alrededor: vida y muerte, principio y final, se alternan en
innumerables ciclos que fluyen en constante cambio.
Preferimos no hablar mucho de todo
esto y hemos creado mecanismos para no tener presente que cada instante podría
ser el último en este cuerpo,vida, mundo, dimensión o lo que tu creas.
Asimilar (y esto no quiere decir que yo lo tenga asimilado) el final de la vida como
algo intrínsecamente asociado a nuestra naturaleza, sin duda cambiaría nuestra
perspectiva: nuestra existencia sería más consciente, más plena y la muerte
menos trágica, una parte de esa existencia.
Compartir estos sentimientos,
escapando de patrones, esquemas y tabús, no es sencillo, produce cambios y eso
implica una pequeña muerte para renacer después. Este ejercicio podría resultar liberador.
Creo que a esta entrada "reflexión" le debería de seguir otra en la que continúes este estudio sobre el tema, a ver si somos capaces de hablar de ello... de aquí sacamos un tema de tesis seguro!!
ResponderEliminarVivos o muertos yo me pido seguir encontrándome contigo.
Puede que tu viaje sea un buen momento para comenzar a desarrollar la tesis. Nos encontramos a tu vuelta y hablamos de todo.
EliminarTal vez sea porque pensamos que si no hablamos de ello, tardará más en llegar nuestro turno...y es que a pesar de que todos nos quejemos de la vida que nos ha tocado vivir, en el fondo, ninguno nos queremos ir de aquí, y supongo que es por eso también que se han inventado eso de "la vida después de la muerte"... yo personalmente creo que cuando uno se muere no pasa a otra vida mejor... simplemente se acaba una vida. Puede parecer drástica mi manera de pensar, pero yo lo siento así. Asi que procuro cada día disfrutar de la gente que quiero, de mis animalillos y de las cosas que me rodean, porque se que cuando muera, ya no podré hacerlo
ResponderEliminarPienso que es normal que no nos queramos ir. Creamos lo que creamos, la incertidumbre de no saber a donde vamos o no vamos, el apego a lo que somos o pensamos que somos y a lo que tenemos puede que sea el motivo por el que queramos quedarnos "para siempre". Espero que con ese planteamiento diario vivas cada momento con plenitud.
EliminarGracias Nalú por compartir esto.
Cuando me caí en la montaña y me rompí la pierna, durante todo el traslado al hospital y todo el protocolo en urgencias antes de operarme estuve tiritando terriblemente. Cuando me metieron en el quirófano y me injectaron la anestesia lo que más nitidamente recuerdo fue la sensación de bienestar de calor, de "se acabó la tiritona"... cuando pienso en la muerte me gusta verla también así, como una posible liberación del dolor y el sufrimiento, es también una aliada, aunque no por ello deje de disfrutar de la vida y apreciarla por encima de todo.
ResponderEliminarCuando desperté de la anestesia... volví a tiritar. Estaba viva y tenía que seguir luchando... ¡a por ello!
¡A por ello! Se nota la determinación de la guerrera Tjalve que llevas dentro. Me gusta la idea de la muerte aliada, ayudándonos con su presencia a disfrutar de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo enorme y profundo.