miércoles, 15 de mayo de 2013

Los Alpes, tan cerca y tan lejos.

Recuerdo mi primera visita a los Alpes como una gran aventura. Por un lado el viaje en el coche de mi padre, intentando evitar las autopistas y perdiéndonos en un laberinto de rotondas. Por otro, la sensación de dar un paso más, de penetrar en un terreno nuevo y apasionante: grandes montañas, glaciares tortuosos, grietas sin fondo, seracs amenazantes, agujas, espolones, crestas y aristas de nieve que dibujan un paisaje increible.

A finales de Abril he pasado unos días en la zona de Chamonix. A pesar de los años, algunas visitas más a Alpes (no muchas), la humanización de estas montañas con sus teleféricos, sus helicópteros de rescate, sus refugios y su fiable previsión meteorológica; mi sensación, ahora tan cercana, sigue pareciéndose mucho a aquella que experimenté en aquel viaje, algo lejano en el tiempo.

Como parte del Curso de Técnico Deportivo de Tercer Nivel estábamos convocados en Chamonix para completar un periodo de formación de ocho días. Con mis compañeros del "cole", proyectamos viajar unos días antes para hacer alguna actividad "interesante". La previsión de dos días de buen tiempo y la información de buenas condiciones de hielo, nos condujeron hasta un cálido vivac en los lavabos de la estación superior del teleférico de Grand Montets. En la madrugada del 24 de Abril bajamos esquiando hasta la base de la cara norte de Les Droites y entramos en la Vía Ginat por su variante de entrada (derecha).

Cenita en la terraza del teleférico de Grand Montets con Faust, Jon y Roger.
El Dru en primer término y al fondo el Mont Blanc.

En la terraza del teleférico de Montenvers

Cara Norte de las Droites (4001 m.). Vía Ginat (7). 1000 m. MD+, 85º, M4+.

Topo Cara Norte de Les Droites

Desde el Glaciar de Argentiere: En Rojo la Ginat a Les Droites, a la izquierda Les Courtes y al fondo Le Triolet
El Glaciar de Argentiere, Les Droites, Les Courtes y Le Triolet.

En los 1000 metros de excelente "Hielo Chamonix" los elegantes movimientos del principio, se fueron convirtiendo en una sucesión de mamporros y puntapiés con los gemelos al rojo vivo. La dificultad no es excesiva en ningún momento pero hay que aguantar y dejar pilas para el regalito final pues los dos largos de salida a la última rampa son los más verticales, mixto incluido. En este punto tuvimos el susto del día en forma de vuelo de  Faust  (factor 2) al írsele un bloque, lo que no le impidió llevarnos para arriba como un "titán".

Bajo la Cara Norte de las Droites.
(Foto Jon Dieguez)

Vía Ginat a Les Droites.

En la primera parte de la vía.
(Foto Jon Dieguez)

Vía Ginat a Les Droites.

Algo de sol en la rampa de nieve de acceso a la parte superior.
(Foto Jon Dieguez)

Vía Ginat a Les Droites.

 Roger Martorell en los primeros muros despues de la campa.

Vía Ginat a Les Droites.

Jon Dieguez saliendo de una zona de mixto.

Vía Ginat a Les Droites.

Faust Punsola comenzando los últimos largos.

Vía Ginat a Les Droites.

Roger en una zona de hielo más fino.

Vía Ginat a Les Droites.

Por encima el muro de salida. 85 º, M4+.

Vía Ginat a Les Droites.

Después de  unos cuantos rápeles, pudimos colocarnos los esquís para atravesar el glaciar de Talafre y llegar al refugio libre de Couvercle en algo más de media hora (18 horas en total desde Grand Montets a Couvercle). Mereció la pena llevarlos a la espalda toda la vía por la rapidez en la aproximación y en el descenso al refugio, iluminados por la luna llena; también por la bajadita del día siguiente hasta el tren de Montenvers, a través de La Mer de Glace.

Tiene razón mi amigo Cesar cuando dice que debiéramos ir más a estas montañas.La próxima vez que aparezca diciendo: "Se están haciendo cosas en Alpes". No lo dudemos, tan cerca o tan lejos como nosotros queramos, todo esto nos espera.


Aiguilles du Tour desde el Refugio de Trient.