jueves, 28 de junio de 2012

Plan A + Plan B = Plan Alpes

Estudiando en "el cole" nos habían dicho que siempre había que tener un "Plan B". Una carta escondida en la manga (en este juego no es trampa) que te permite cambiar de actividad si la prevista como "Plan A" no está en condiciones, o hace mal tiempo.

Lo que no nos habían contado es que de esta suma de planes (aunque la operación no siempre es sencilla), podría salir como resultado otro proyecto, el "Plan C"

A finales de Mayo habíamos previsto hacer una última ascensión de cara norte clásica en pirineos. El año anterior recorríamos la Norte del Perdido el 11 de Junio en unas condiciones excepcionales por lo que pesábamos que podríamos hacer la Norte del Taillon y la Noroeste de Gabietus para cerrar la temporada. Finalmente por el calor y la escasez de nieve ascendimos la Cresta Suroeste de Gabietus. Recorrido bonito, con algún paso de III, sobre buena roca y con un acceso y posterior descenso muy alpinos.




Allí, muy arriba, la niebla olía a nieve agonizante y las nubes nos permitían imaginar cualquier paisaje. Alquimia de roca, nieve y niebla; suma de planes frustrados y realizados. Podríamos retornar al invierno....  Una propuesta en el aire y un "¿porque no?" como respuesta. Plan C = ¡Nos vamos a Alpes!

Un mes después nos volvimos a unir para viajar a Chamonix.
Al encanto de sentirse alpinista en la meca del alpinismo se le sumó esta vez el de "guiar" en la cuna de los guías; aprendiendo de las montañas que nos rodearon y de las personas con las que compartí sentimientos y sensaciones que hacen de la alta montaña algo único. A veces olvido esta visión de mi trabajo y de la montaña pero tengo al Villi que me ayuda a reconducirme en medio de un laberinto de dudas.

El Macizo del Mont Blanc nos recibió con buena cara y la mantuvo unos días por lo que pudimos completar tres actividades en un intenso viaje que no llegó a seis días.

Hacía mucho que no iba a esa zona y todo eran recuerdos que mitigaban la novedad y la incertidumbre del "estreno".
Al final todo cuadró, como si se hubieran alineado los planetas adecuados: las plazas de los refugios, los horários de los teleféricos, la dificultad de las vías, las piedras que cayeron y que esta vez no tenían nombre, las grietas que mantuvieron la boca cerrada, los rápeles que no se engancharon...... Pero sobre todo cuadraron Dolors y Xavi. Gracias por permitirme desarrollar este oficio.

Aquí van unas fotos como resumen:

Aiguille Du Midi (3842 m.)
Espolón de los Cósmicos. Dificultad AD. IV

La siempre impresionante salida de los túneles del teleférico de la A. du Midí.
En el centro Las Jorasses y a la derecha Le Dent du Geant. 

Rapelando una de las agujas.
A la izquierda La Tour Ronde y el Capuchin.

Es una ruta en la que siempre hay muchas cordadas por su fácil acceso y la belleza de su entorno.


Saliendo a las terrazas del teleférico entre los aplausos de los turistas.
Al fondo el Mot Blanc de Tacul y el Mont Maudit


Tour Ronde (3792 m.)
Corredor Gervassuti. Dificultad AD. 55º, III

Vertiente italiana del Mont Blanc desde las cercanías del refugio Torino.

Aiguille du Plan.

En primer término la cara norte de la Tour Ronde. El Gervassuti se encuentr en la cara oeste. 
Detrás el Mont Blanc.

Pendiente mantenida de 55º tras superar la rimaya.

Salida del corredor. Detrás el Gran Cappuchin.

Destrepe de III para bordear el promontorio de la cima.

Cima y Virgen de la Tour Ronde.
A la izquierda la última parte de la integral del Peuterey.

De vuelta a Torino, al fondo Le Dent du Geant.

También desde este extremo del Valle Blanco pudimos valorar nuestra siguiente actividad:

Aiguille Verte (4122 m.)
Corredor Whymper. 600 m. AD+. 55º


Las Agujas de Chamonix desde Montenvers.

Recorriendo La Mer de Glace.
A la izquierda asoman las Jorasses y a la derecha el Dent du Geant.

Las escaleras de acceso al refugio de Couvercle. 

El refugio viejo de Couvercle.
En el centro La Verte y justo a su derecha el Whymper.

Ref. de Couvercle (2687 m.).
El paisaje ya empieza a ser familiar.

La impresionante cara norte de las Jorasses desde el refugio.

Salimos del refugio a media noche y llegamos a la cima aproximadamente a las 00.05, con el frío y el viento del amanecer.

Comenzando el descenso por la fina arista cimera. 
La luz del día nos coloca de golpe ante una realidad que se veía diferente a la luz de los frontales.





Un total de 15 rápeles  nos depositarían de vuelta a la base del corredor.

Doce horas de refu a refu y otras 16 para llegar a casa. Una larga jornada pero inolvidable.
Nuevos sueños con disfraz de plan nos esperan.