Si te gusta el esquí de montaña y comenzaste a practicarlo
hace años, el nombre de Silvretta te sonará. En los tiempos en los que la
ligereza y la dureza eran incompatibles, las fijaciones Silvretta eran sinónimo
de robustez y durabilidad pero también de peso. Pocas veces nos detenemos a
pensar que es lo que se esconde detrás de una denominación comercial y de vez
en cuando descubrimos, incluso con sorpresa, que unas fijaciones, unas botas
,una mochila o un piolet han sido bautizadas con el nombre de una persona, una
montaña o una cordillera.
No siempre nos habrá picado la curiosidad pero a veces viene
bien descubrir o aprender algunas cosas que pueden ampliar nuestra cultura
montañera y este término admite desde conocer el último encadenamiento, opinar
sobre la polémica de moda, saber algo de historia o tener determinados
comportamientos.
La Silvretta es un
macizo montañoso que se encuentra en los Alpes, concretamente haciendo frontera
entre Suiza y Austria. La altura de
sus cimas no supera los 3500 m. y sus glaciares no poseen la severidad de otros
de los Alpes, razones por las cuales esta zona es menos conocida que las del
Mont Blanc o Cervino.
El nombre de Silvretta está más asociado al mundo del esquí
de montaña y da nombre a una de las travesías más clásicas de los Alpes. En
total son unos siete días de actividad, aunque puedes adaptar las jornadas a
tus necesidades, ciñéndote solo a pasar los collados entre los diferentes
refugios, ascendiendo a las emblemáticas cumbres de la zona (lo que aumenta la
dificultad y los horarios) o incluso acortar-alargar el recorrido (casi
circular).
La idea de realizar una de estas travesías siempre estuvo
archivada en la carpeta de “algún día iremos”. La necesidad de completar el
curriculum para ser admitido en el Curso
de Técnico Deportivo de Tercer Nivel puso la fecha final para el mes de Abril
de este año. El primer grupo de tres personas fue creciendo hasta juntarnos siete
en una furgoneta y dar vida a este proyecto.
Además de disfrutar del esquí de montaña, de viejos y nuevos
amigos vivimos unas cuantas situaciones en las que empaparnos de eso que
antes hemos llamado “cultura montañera” y que espero poder reflejar con la
ayuda de algunas fotos. No me refiero solo a conocimientos sino a términos como convivencia, respeto, esfuerzo, renuncia, amistad .....
En la primera etapa se llega al Ref. Heidelberghütte (2.264 m.) desde la estación de esquí de Ischgl.
Los refugios tienen fama de hoteles, son algo más caros que en España, cómodos y con buenas instalaciones pero no dejan de ser refugios.
Jamtalhütte y el cambio de tiempo que nos mantuvo al día siguiente casi parados.
El Austemberg tendrá que esperar a otra ocasión.
Despues del descanso obligado de lo que hubiera sido la tercera etapa comenzamos la cuarta hacia el refugio Wiesbadenerhüttecon la ascensión a este monte, el Dreiländer Spitze de 3.197 m. por el collado y la arista de la derecha.
Después de dejar los esquís al comienzo de la cresta y llegar a la antecima nos encontramos con este lugar espectacular pero con demasiada gente. Decidimos darnos la vuelta pues hace mucho frio para esperar.
Hoy esta fue nuestra cima sin cruz.
Descenso del Dreilander.
Un bonito detalle. A pesar de las dimensiones de las palas y del montón de gente, se trazan las huellas bastante juntas para que quede nieve sin pisar para todos. Este día y a esta altura la nieve estuvo simplemente espectacular.
Al día siguiente desapareció el sol hasta el final. La navegación entre glaciares y nubes se convirtió en la tónica de esta etapa y de las siguientes por lo que ya no ascendimos a ninguna cima. De Wiesbadener a Silvrettahütte.
Glaciar de Ochsentaler.
Silvrettahütte antigua junto al moderno refugio. Flotando entre las nubes.
Sexta etapa de Silvrettahütte a Saarbrückerhütte (2.538 m.). Ascensión al collado Rote Furka (2.688 m.).
Saarbrücker, sin duda el refugio más auténtico de la travesía y con un increible emplazamiento.
Final de la Séptima etapa en la estación de esquí de Wirl.
Gracias por compartir estos días Claudio, Natalia, Baschi, Bárbara, Arnaud y Nuria.
Que buenos recuerdos me han traído esas míticas Silvretta que nos tocó sufrir en Candanchú, je, je, je... y que gran envidia me has dado con este peazo de reportaje tan guapo de esta rutaza que pasa a mi lista de "algún día iremos", je, je, je... Que bien te lo pasas compañero!!!... un abrazote!!! =D...
ResponderEliminarGracias Vidal.
EliminarSeguro que no te faltan proyectos en la carpeta.
que buena pinta tiene esa actividad, la verdad es que todos los años deberiamos de sacar unos dias para disfrutar de esas peazo de nieves en Alpes. Yo de momento me tengo que conformar con escapada expres a la cordillera (y que no falte..). sigue disfrutando así bandido y suerte con la certificación de guia .
ResponderEliminarA ver si este verano te hacemos una visita.
kike
A esas escapadas expres nosotros les llamábamos "Alpinismo Relámpago". Sigamos disfrutando del monte como podamos. A ver si venís por el Piri.
Eliminar